



Riot (Nueva York, EEUU) nació en 1975 de la mano del guitarrista Mark Reale. Una de sus grandes distinciones era su mascota expuesta en varias portadas de sus discos, es una especie de quimera que mezcla a una foca y un humano. Está inspirado en la saga de Star Wars. No tuvieron un comienzo precisamente cómodo cuando tras grabar durante finales de los 70 y principios de los 80, deciden desintegrar la banda en 1984 por el poco éxito y la subestimación, algo totalmente incomprendido por los más amantes del Metal.
Tras casi cuatro años tragados por la tierra en los que Mark estuvo bajo una banda de nombre Narita (llamada así por el segundo single de Riot), lo persuaden para que le devuelva la vida a su vieja formación. Los estadounidenses volverían a escena, pero dejando atrás a iconos como Guy Speranza o Jimmy Lommi, lo que desagradó bastante a sus seguidores más fieles. En 1988, surge la obra maestra que voy a reseñar a continuación, para muchos es la mejor grabación superando a “Fire down under” o “Born In America”: Thundersteel

Se formó en los ochenta, al abrigo de uno de los mejores momentos para el Metal, coexistiendo con bandas como Barón Rojo, Obús, Panzer, Ñu, Muro, Sobredosis, Rosa Negra, Leize, Badana y tantas otras grandes bandas.
Pacto con el diablo fue su primer lanzamiento, y causó un gran impacto. Su apuesta por un sonido crudo, grandes riffs, buenos estribillos, letras que llegan y, sobre todo, un vocalista excepcional e irrepetible, con una voz espectacular de tonos inalcanzables, hizo de esta banda una leyenda y de Juan Gallardo nuestro Rob Harlford nacional. La producción no es el fuerte del disco, pero eran otros tiempos y no tenían los medios con los que contamos en la actualidad. Sus músicos no son virtuosos, en esta época no abundaban, exceptuando algunas bandas como Barón Rojo, los guitarristas de la mayoría de las formaciones no tenían grandes recursos técnicos, pero nos dejaron una buena colección de riffs inolvidables, guitarras afiladas y estridentes, punteos y solos para el recuerdo.
Ángeles del infierno se distinguió por saber transmitir los pensamientos, actitudes y, en definitiva, los sentimientos que compartíamos la comunidad metalera del momento. Nos dio una bandera y nos hizo sentir que nos unía una causa común, que estábamos «Unidos por el rock». Esta fue mi banda preferida de los ochenta, junto con Panzer. Tuve la suerte de verlos en directo en Mazarrón en el ’85, en un concierto gloriososo, donde el cabeza de cartel era Barón Rojo, en su gira «Al rojo vivo», casi nada… He tenido ocasión de volver a verlos veinte años después en el Leyendas, pero claro, ya no es lo mismo. Actualmente siguen en activo, viven en Florida, y siguen actuando, sobre todo en México, donde son muy queridos.


Desde que en el año 1985 ganaron la octava edición del Concurso Villa de Madrid, en la sección de Rock Duro, por delante de Esfinge y Furia Animal, tuvieron el premio de la grabación de un videoclip (“Todo Mi Mundo Eres Tú) y un Maxi con cuatro canciones (“Rey De La Ciudad”, “Chicas, Whisky Y Rock And Roll”, “Todo Mi Mundo Eres Tú” y “Rock And Roll Es Liberta”) no han dejado de crecer y han llegado a ser el grupo de Rock melódico más exponencial en este país.
Tras el cambio en la formación de Tony Solo a las voces por José Castañosa, y hacer al cargo de la banda el manager Javier Gàlvez, comenzaron a rodar por Madrid y en el ’87 consiguieron la firma por el grupo Hispavox, con el que grabaron su primer larga duración. Obsesión. Un disco que levanto claras esperanzas de lo que significaría el trabajo que hoy tenemos entre manos.
Tras los buenos números y la participación de algún festival de nivel y muchos conciertos por la estampa española, el mismo equipo de grabación de su anterior LP, formado por Dario McBryan como productor y con Steve Taylor y Dennis Herman como ingeniero de sonido, en los estudios Mediterraneo de Ibiza, donde antes habían grabado Judas Priest su Defenders Of The Faith.
El disco estaba totalmente orientado al sonido que en esas fechas hacían los mas grandes del Hard Rock, como lo hacia Whitesnake, Europe o Bon Jovi. Estética similar y construcción en sonidos y voces por el mismo sitio. Todo lo que en esta época necesitaba un grupo para hacer un disco a la perfección. Pero lo más arriesgado es que era completamente en castellano. Y triunfó. Gracias a este disco giraron por países del continente sudamericano.

Este disco de 1982 fue el primero de la banda estadounidense Manowar, amados y odiados casi por igual.
Pero este “Battle hymns” su primer disco, de tan solo ocho temas y que no llega a los 40 minutos de duración es una obra maestra del metal, del verdadero y puro heavy metal, que dirían ellos mismos. Aquel grupo formado por Joey DeMaio al bajo, Ross the Boss como guitarra y teclado, Donnie Hamzik a la batería y el inconfundible Eric Adams a la voz, se sacó un discazo de debajo de su musculoso brazo.
El disco se compone de trallazos potentes, contundentes, veloces, puro metal hecho con toda la garra y la fuerza. Destaca entre todos el que le da título al disco y que es el que cierra el cd; “Battle hymn” con un inicio de bajo sobrio y acústico casi… luego la batería entrando sola también y ya todo el conjunto de instrumentos y la voz de Adams con sus característicos agudos. Un silencio transforma la canción en un tema diferente… acústico, melódico y de nuevo la batería y unos gritos la devuelven al metal. El Kill, kill… la convierte en un momentazo para los directos, con la gente puño en alto poniendo todo el alma, épico no, lo siguiente.

SLAYER, uno de los denominados”Big 4”del Thrash Metal. Originarios del Sur de california en esa fructífera”Bay Area», de donde surgieron más grupos, fueron los que mejor lanzamiento obtuvieron, pero sin olvidar que se forjaron con el apoyo de sus fans y sudando la gota gorda en los escenarios.
Después de tres creaciones que forjaron los simientes del Thash Metal, incluyendo el genial”Reign In Blood», Tom Araya (Bajo), Kerry King (Guitarra), Jeff Hanneman (Guitarra) y Dave Lombardo (batería), nos da su cuarto álbum, editado el 5 de julio de 1988. Grabado en Los Angeles en Def Jam Records, producido por Rick Rubin y el grupo, contando con una portada de Larry Carrol, que era casi continuacion de su tercer disco y fotografías de Glen E. Friedman que retrato a unos bisoños músicos que llegarían a ser leyenda.
En esta oportunidad no querían ser repetitivos, debían hacer algo que marcará la diferencia, debido a todo lo que estaba surgiendo en”Bay Area», por eso las letras tenia más esencia oscura y de mensajes crudos y con tendencias introvertidas, retraídas y sombrías. Des esta manera Tom Araya se estrena cómo compositor.
Un álbum que dictaba del sonido crudo y amenazante de sus anteriores trabajos y que aportaba más lentitud y una tonalidad progresiva. Pero la entrega de la banda no se puede tildar de mediocre, es un clásico. Sin perder fuerza. Le faltaba algo , decían que se habían perdido en su camino, pero se alejaron intencionadamente de sus tonos demenciales que habían forjado antes en sus tres discos anteriores

«The New Order» es su segundo álbum y fue un gran paso para la banda ya que atrajo algo de atención desde fuera del Thrash Underground. Entonces tenemos: Una gran mezcla de melodías de golpes de cabeza mezcladas con algunos toques de ritmo desenfrenado. Pero desvela el exceso de flacidez y esto podría ser considerado un conjunto «básico de Thrash Metal». Eso no es nada malo, pero algunas veces puede aburrirse un poco si todas las bandas se copian entre sí de vez en cuando.
En general, la banda simplemente hace lo que tienen que hacer aquí y lo hacen bien mientras agregan algo de talento extra a la mezcla. Sin embargo, una cosa que sí noté es que el álbum no parece mostrar la banda completamente desarrollada. Sin embargo, este era su segundo álbum y entonces eran hombres bastante jóvenes, así que es entendible. Este álbum no es para escuchar todos los días, simplemente se disfruta cuando necesitas tu dosis de «old Scholl-Thrash»


En este álbum Bruce Dickinson (Voz), Dave Murray (Guitarra rítmica y líder), Adrian Smith (Guitarra rítmica y líder), Steve Harris (Bajo) y Nicko McBrain (Batería), se alejaban de las largas composiciones que adoptan su estilo más barroco, más recargado. Se presentaba realmente un esfuerzo colectivo de estos músicos: Dave y Steve compusieron un tema, Steve compuso tres por otro lado, Bruce compuso con Adrian y Steve por separado y conjuntamente, en lugar de buscar una isla paradisíaca, se reunieron en el granero de la casa de Steve Harris en el condado de Essex al Este de la Capital Inglesa, en un atmósfera tranquila y relajada para su composición y luego se grabaría en Múnich
Sale al mercado un 23 de abril, día de San Jorge, debutando en el número 1. Posee un aire más místico notado en las letras de las canciones, y es que en los últimos años ya no cabía hablar de ingenuas letras, sino de verdaderos poemas, históricas épicas o bellos mensajes que llegan a sus puntos álgidos en esta séptima producción, siendo el más vendido de los ingleses hasta esas fechas, sin olvidar que en América su aceptación no fue tan fácil en un principio.
Esta creación que está determinada como una obra maestra inicia con el tema, «Moonchild», en donde los susurros del cantante Bruce Dickinson son el inicio de un tema en línea acústica y con teclados que conforme progresa calienta la maquina llamada IRON MAIDEN, veloz y melódica, una de los mejores cortes de inicio de lo que nos han dado; «Infinite Dreams», balada lenta con cambios de compases muy devaluada por los poco conocedores pero de una fuera muy propia
«Can I Play With Madness» , el primer single extraído de la producción, y decimosexto sencillo publicado hasta ese momento por ellos, tildado en su momento como un tema para la radio, pero convirtiéndose un claro Hit musical por donde se quiera ver, previsible y para muchos facilona

«… And Justice For All” gira en torno a la crítica social y política, partiendo desde la portada hecha por Stephen Gorman, en donde se muestra una justicia obscena, maniatada, ciega y con la balanza de la igualdad desnivelada, una mujer que la denominaron como DORIS y con el título pintado en plan grafiti. Contiene temas complejos y largos, con un sonido rústico y crudo. La ausencia del sonido del bajo de Jason Newsted en todo el disco fue uno de los acontecimientos en estudio más sorprendente de la carrera del grupo y de los más criticados. Pero fue adrede ideado por James Hetfield y Lars Ulrich, por la desconfianza por el nuevo sustituto de Cliff Burton, que se fue ganando poco a poco hasta donde llego y termino. Pero ese sonido visceral y casi aséptico lo hizo singular y particular.
Gran parte de su éxito, varios millones de discos vendidos mundialmente, fue debido a la maquinaria comercial con que se les respaldo, costosas y ambiciosas campañas de publicidad, la radio y la televisión por primera vez le dieron a METALLICA el mismo trato de grupos como BON JOVI, GUNS N´ROSES, BRUCE SPRINGSTEEN o U2, dándoles acceso al mainstream. Tanto eran las presiones que les llevaron a grabar su primer vídeo: «One», promocionado por la MTV que tenía todo el poder en la escena musical internacional, pero no dejo de ser sobrio, oscuro, filmado en blanco y negro, hasta con una versión editada y considerablemente reducida en su minutaje para ser emitida públicamente.
Artísticamente tocaron techo, la complejidad de sus temas era difícilmente superable y nunca más volvieron a ofrecer la calidad técnica en ninguno de sus álbumes. Era puro Thrash Metal, llevándoles a ser la banda más grande del momento, obteniendo el reconocimiento no solo de la comunidad metálica sino de toda la población mundial.


Desde que todo empieza con “Streets” y termina con “Believe”, la música de la banda es genial, el hermano de Jon Oliva, Chris (Q.E.P.D. 1993), se luce en cada una de las canciones, solos complejos, de bastante sentimiento y que siempre va acorde a la línea musical de Savatage. Luego la batería de Steve es simplemente sencilla, pero con los cambios necesarios para que los teclados, el bajo y la tremenda voz de Jon, terminen completamente la música con bombos y platillos. Además, cabe recalcar que en “Jesus Saves” y “Sammy and Tex” la batería fue grabada por Jon, ya que como siempre demostró este señor en muchas de sus producciones, es un músico multifacético que puede hacer lo que sea. Entonces, la idea de que la producción sea mala, no quita que todo lo hecho en este disco sea una tremenda opera metal progresivo que abre un portal gigante para las bandas de hoy, que piensan que Avantasia, Ayreon fueron los primeros en hacer este tipo de opera metal progresivo y muchas cosas. Además, como parte final si te concentras en la voz de Jon, verás que no es un vocalista virtuoso junto a otros vocalistas de su año, pero ese sentido añejo, rasposo le dan al disco la idea de opera o que un fantasma de la opera estaría detrás de todo, porque existe mucho sentimiento en su manera de cantar.
“Streets: A Rock Opera” (1991) de Savatage es una tremenda epopeya musical, con capítulos, una historia solida que trata las bienaventuranzas, lo que pasa en su cabeza, los medios que utiliza para llegar a ser una estrella de rock, y como lo dije la emotividad de la voz de Jon es realmente impresionante, aunque tenga mucha influencia de Meat Loaf su estilo de cantar y en muchas partes de su música, todo encaja muy bien.

El propio Ronnie James Dio produjo Holy Diver, y el resultado es brillante. Un sonido nítido y limpio en el que el vocalista crea la atmósfera adecuada para capturar la esencia de su nueva banda potenciando la musicalidad de cada uno de los integrantes de la misma.
Dio combinó la épica, lo medieval y la dureza pesada de su época en Black Sabbath para forjar su propio sonido, y evidentemente esta combinación funcionó a la perfección. Dio dejó Rainbow y dejó Black Sabatth, pero se trajo con él lo mejor de ambos mundos. Y su inmenso mérito radica en haberlo hecho sin imitaciones, creando trallazos combinados con letras extrañas y desconcertantes.
Holy Diver muestra a Dio sin las restricciones impuestas por Ritchie Blackmore o Tony Iommi en sus tiempos de Rainbow o Black Sabbath. El resultado es un pedazo de álbum que contiene algunos de los mejores himnos históricos del metal. Es la sucesión lógica del trabajo que Ronnie James Dio había hecho en sus anteriores bandas, y finalmente juega un papel decisivo en la definición del metal en Estados Unidos y en el sonido del power metal.
Riffs pesados, excelente musicalidad, abundante melodía y tremendas voces de un superior Ronnie James Dio para este auténtico clásico, un álbum puro de metal de principio a fin.
Ronnie James Dio es la voz clásica del heavy metal, y cualquier cosa que cantó se convirtió en algo especial. Tras ayudar a relanzar la carrera de Black Sabbath y centrado en su propia banda, Dio lo borda como vocalista y como letrista, con unas letras en principio irrelevantes pero llenas de dobles sentidos y filosofía personal escondidos entre sus fantasiosos mundos.
La presencia del chico nuevo, ese tal Vivian Campbell, es uno de los factores determinantes del sonido de Holy Diver. Su tono fresco y acerado recorre todos los temas del álbum como un auténtico vendaval y produce aplastantes riffs y demoledores solos que han quedado por derecho propio en la historia del metal.
El trabajo de Jimmy Bain con el bajo es absolutamente sólido y combina a la perfección con la inmensa labor de Vinny Appice con la batería, ambos artífices del energético ritmo del disco y soporte increíble para los fuegos artificiales creados por Dio y Campbell.
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«Destroyer» (1976) es el cuarto álbum de estudio de la icónica banda de rock estadounidense Kiss y uno de sus discos más emblemáticos y exitosos. Lanzado tras el enorme éxito de «Alive!» (1975), «Destroyer» representa un cambio significativo en la dirección musical de la banda y es un testimonio del crecimiento y la madurez alcanzados por Kiss en ese momento. «Destroyer» abre con «Detroit Rock City», una de las canciones más famosas y queridas de la banda. La pista comienza con una introducción de sonido de ambiente que crea un ambiente de intriga antes de dar paso a un riff de guitarra y una sección rítmica potente y pegajosa. La letra cuenta la historia de un fanático de Kiss que muere en un accidente automovilístico mientras se dirige a un concierto de la banda. La voz de Paul Stanley es perfecta para este tipo de canciones, y su interpretación en «Detroit Rock City» es apasionada y convincente.
En resumen, «Destroyer» es un álbum esencial en la discografía de Kiss y un verdadero clásico del rock. La producción de Bob Ezrin le da al álbum un sonido pulido y sofisticado, pero sin perder la energía y la crudeza que caracterizan a la banda. Las canciones en sí abarcan una amplia gama de estilos y temas, lo que demuestra la versatilidad y el talento de todos los miembros de la banda.

Blackout es el octavo álbum de estudio de la banda alemana de hard rock y heavy metal Scorpions, publicado en 1982 en Europa y en los Estados Unidos a través de Harvest/EMI y de Mercury Records, respectivamente. Al momento de su lanzamiento, se convirtió en su disco más exitoso —superando así a Lovedrive— ya que se posicionó en los top quince de varios países, incluso obtuvo el primer lugar en Francia. Este ascenso comercial también se vio reflejado en su gira promocional, debido a que llegó a ser la más extensa hasta ese entonces, con más de cien presentaciones en más de diez países.
El disco comienza con el genial y siempre impresionante «Blackout», un clásico de Scorpions que te llena el cuerpo de adrenalina. La guitarra es impresionante y la voz de Klaus Meine es de otro planeta, mucha energía y peso. No puedo agregar más de un clásico, simplemente disfruten todo. Y como si no fuera sufiente, esta canción empalma con otra de mis favoritas, «Can’t Live Without You». ESte tipo de riffs siempre suenan bien y completan el trabajo del disco, lo «vuelven redondo» ya que tenemos mucha velocidad pero con un tema así lsa cosas van bien balanceadas. No se porque el riff de esta canción me recuerda a otras de Kiss o incluso de Motley Crue, en fin, esta canción es genial y el corto se te va a pegar desde la primera vez que lo escuchas. Lo que más me gusta de este tema es la producción de guitarras de fondo por parte de Rudolf Schenker. Lo que más me llama la atención es que Matthias Jabs no participa en la composición de ninguna canción, en fin, creo que teniendo a un Schenker en la guitarra ya es suficiente para componer una obra de arte como este disco.
En general este disco es grandioso, es una obra maestra, una joya, un disco que representa lo mejor que pudo sacar el Hard Rock en los 80s


Corría el año 1989 cuando Savatage editara este “Gutter Ballet” innovando en su sonido y pese a no desprenderse totalmente de su faceta heavy cañera de los comienzos (temas como Of Rage and War, She’s in Love o The Unholy así lo prueban) ya empezaban a despuntar con algo diferente, unos teclados mas operísticos, de gran riqueza musical que hacía su estilo mas maduro y le dotaba de mas profundidad.
El disco esta formado por once canciones, de las cuales son pelotazos seis, las demás se quedan en el notable, logrando un disco realmente importante. No hay tema de relleno, todas las canciones están hechas con criterio y cuidando los detalles.
Dando repaso a los mejores cortes del disco encontramos el tema título con una intro de piano realmente sublime, un temazo épico de gran calibre guitarrero, donde la banda está en estado de gracia. El estribillo es emotivo a tope, sin duda, canción icono en su discografía, con ese toque orquestal que mencionaba antes. Tras un gran solo de Criss, la intensidad va en aumento y Jon va desgarrando su garganta en un final memorable.
A mi este tipo de temas me recuerdan un poco al grupo Meat Loaf, música grandilocuente, de estupenda composición y ejecución.
La guapa instrumental Temptation Revelation que podría formar parte de una banda sonora de película romántica con su gran melodía y belleza (de nuevo la magia de los Oliva en acción) va tomando cuerpo hasta un intensísimo minuto final, al mas puro estilo de una sinfonía de Mozart o Beethoven, dejándonos gran sabor de boca y es que hay que ver que bien combina la guitarra eléctrica con el piano, acompañada de percusión. Esta sirve de preludio a la descomunal balada When the Crowds are Gone de la cual solo tengo piropos y os diré que es de mis favoritas de todos los tiempos. Desgarradora emotividad de principio a fin, con un piano que se lamenta y Jon regalándonos una interpretación para el recuerdo. La letra habla de un músico en declive, al cual ya nadie presta atención, esta canción es su lamento, su epitafio. Genial como va con todo Jon tras los micros, sobre todo desde el minuto dos hasta el final

El tratamiento que Wolf Hoffmann da a las guitarras (se supone que las grabó todas él) es tan sutil que creo que gran cantidad de guitarristas del ramo, conscientemente o no, se han debido sentir influidos por esta auténtica perla de disco. Son unos riffs de los que crean escuela, con esa elección siempre tan acertada entre cuartas o quintas, entre el sonido de unas cuerdas u otras, entre esta o aquella inversión del mismo acorde. Es un tratamiento que busca a tope el serrucho de un buen riff metalero, pero a la vez deja todo el espacio del mundo a cada sílaba emitida por la despeluchada voz de Udo, a la que acompaña, responde, acolcha y arropa de tal manera que sólo le falta darle un besito en la frente y contarle un cuento para que se duerma.
A las canciones le salen aristas hasta en los mismos nombres: Fast as a shark, Ahead of the pack, Shake your heads... ¡Rasca, mamá! Sólo te los lees y ya parece que están machacándote el lóbulo con una grapadora de las grandes. Si pones el disco la cosa va a más: empiezan a saltarte a la yugular esos instrumentos que parecen empeñados en que te atrofies tú mismo el pescuezo, comandados por esa voz que suena como si su dueño se hubiera caído en la marmita de aguardiente nada más nacer. Mientras tanto, los mensajes agresivos, potentes y "machotes" se abren paso en tu cabeza aunque sepas muy poco inglés. Este disco, sin duda, enriqueció el heavy metal y sirvió de guía para quien pretendiera recrudecer un poco más los usos y maneras típicos del estilo durante los primeros ochenta.

Después de dos potentes álbumes como fueron "Battalions of Fear"(1988) y "Follow the Blind" (1989), donde marcaron la diferencia a ritmo de contundente speed metal, el tercer álbum de los alemanes Blind Guardian supuso el comienzo de una nueva línea a seguir. "Tales from the Twilight World" vio la luz en 1990, con diez cortes en los que se apreció claramente un acercamiento al sonido power metal. Aunque la potencia cuasi thrash seguía estando presente, el incipiente sonido power ya ganaba enteros en su propuesta. Prueba de ello es la apertura con "Traveler in time", a tope de velocidad pero con un punto más melódico, tanto en voces como en las guitarras. "Welcome to Dying" se convirtió en un clásico de su repertorio desde el primer momento, velocidad y grandilocuentes melodías épicas para corear a voz en grito, con esos parámetros hubiera sido extraño que no calara en el respetable. "Weird Dreams" es un breve interludio instrumental que combina aceleradísimos pasajes melódicos (con una espectacular precisión de las guitarras) con un estupendo derroche de fuerza. Le llega el turno a otro clásico de la talla de "Lord of the rings", que introducido por una sección inicial acústico/orquestal, nos lleva a través de un desarrollo baladístico que combina elementos folkies medievales entre sus guitarras distorsionadas. "Goodbye my friend" nos devuelve a la senda power-speed con un nuevo latigazo de potencia, este es uno de esos temas que sirven como nexo de unión entre su primera etapa y lo que estaba por venir. "Lost in the Twilight Hall" no rebaja ni un ápice la dinámica que impera en el disco, aquí incluso incluyendo pequeñas variantes rítmicas propias del metal progresivo, así como escarceos acústicos que no hace sino aportar otro color a la paleta sónica. Una pequeña sección melódica introductoria, y "Tommyknockers" se abre camino arrasando todo a su paso con su nuevo derroche de velocidad. De nuevo salpicado con pequeñas variaciones rítmicas. "Altair 4" es un breve corte que podría considerarse que hace las veces de interludio, en este caso sirve de antesala para "The Last Candle" y su coral inicio participativo, que da paso a un nuevo desarrollo con un nivelado compendio entre potencia y melodía. El final llega con otro clásico de su cancionero como es "Run For The Night", aquí interpretada en directo, donde se aprecia con claridad las formas de la banda sobre las tablas. Otro peldaño más en la carrera de unos titanes del género.


Aunque Judas Priest ya venían con un buen recorrido a sus espaldas, podríamos decir que su sexto trabajo "British steel" (1980) marcó un punto de inflexión en su carrera, tanto a nivel de éxito como de cambio de sonido, ya que a partir de aquí se adentraron en terrenos cada vez más heavys, convirtiéndose en uno de los estandartes del género procedente del Reino Unido. Nueve temas para la historia que comienzan con el pildorazo acelerado llamado "Rapid Fire", heavy metal afilado pero altamente melódico con unos riffs que son una escuela para los seguidores del género que además toquen la guitarra. Sin pretenderlo, acabaron erigiéndose como los dioses del metal, es por ello que una canción como "Metal gods" se convirtió en un himno, con ese ritmo machacón propicio para el headbanging y ese solemne estribillo. ¿Y que se puede decir de una canción como "Breaking the law" que no se haya dicho ya? un clasico inmortal tanto de su repertorio como del heavy metal mundial, versioneado hasta la saciedad y radiado hasta la ídem, aunque no por ello pierde su valor. "Grinder" es algo así como un híbrido entre el esquema típico de AC/DC y la tradición más heavylona : "Grinder, looking for meat, Grinder, wants you to eat". Canciones como "United" sentaron las bases de lo que sería el heavy rock de estadio, una rítmica cadencia que nos lleva hasta un épico estribillo de hermanamiento ideal para corear a voz en grito. "You don't have to be old to be wise" nos have vibrar a base de heavy rock con un tema que ha quedado un tanto olvidado de sus set list, algo comprensible teniendo en cuenta la cantidad de hits que atesoran. "Livin' after midnight" fue otro de los grandes éxitos del disco, fiesta y desenfado con la dosis perfe ta de caña y melodia. Un groove de bajo en bucle nos da paso al resto de la banda para que ataquen sin compasión la poderosa y cadente "The rage". Para terminar nada mejor que un dosis de velocidad de la mano de "Steeler" que nos deja con la sangre hirviendo, como no podía ser de otra manera. Un disco que es historia del heavy metal.


Después de dos estupendos álbumes como fueron "Breaking The Chains" (1983) y "Tooth and nail"(1984), la propuesta de Dokken ya se sostenía por si misma. Pero por si todavía quedaba alguna duda -y con el bajista Jeff Pilson más que cohesionado desde su llegada el año anterior-, la banda ofreció con su tercera obra "Under Lock and key" (1985) uno de sus discos más célebres. Diez cortes de potente heavy rock melódico para el recuerdo. Un preciosista arpegio secundado por colchones de teclados nos va introduciendo a "Unchain The Night", un medio tiempo vestido de rocosas guitarras con un memorable estribillo. Primera canción y primer hitazo. Seguimos con "The hunter" -single del disco-, una cadencia de clara escuela ochentera que va mezclando diferentes texturas de guitarras para explotar en un nuevo estribillo, menos enérgico pero igualmente efectivo. Un claro ejercicio de elegancia dentro del género. Voces a capella en una luminosa armonización nos dan paso a "In My Dreams" -otro de los singles-, un medio tiempo de hard rock melódico con un tratamiento muy Aor en su línea vocal. Si no fuera por la fuerza que imprimen las guitarras de Lynch y Dokken, bien podríamos estar hablando de una canción de Journey en la época de Steve Perry. "Slippin' Away" es la pertinente balada que no puede faltar en un disco de estas características, cumpliendo su función a la perfección y aportando el toque intimista reposado. Después de esto, los gruesos riffs de guitarra integrados en el dinámico tempo de "Lightnin' Strikes Again" nos hacen vibrar a tope. El juego de contrastes entre potencia sónica y melodía siempre fue uno de los puntos fuertes de la banda. "It's Not Love" baja de nuevo las revoluciones para ofrecernos un nuevo medio tiempo que desprende efluvios glammie fiesteros, voces coreables y una sugerente cadencia para hacer mover los pies al respetable. "Jaded heart" nos conduce a través de una dinámica que baja y sube de intensidad, alternando de la misma manera pasajes muy íntimos con otros de incisivas guitarras. "Don't Lie to Me" transcurre en la línea que domina el disco, potencia y marcha a tope en cortes muy pensados para el directo. "Will the Sun Rise" nos allana el camino hacia el final con un nuevo corte que combina la tradición heavy con las melodías en la onda de Foreigner. Para terminar, nada mejor que un pildorazo acelerado de electrizante heavyrock como es "Til the Livin' End" sirve para poner la guinda al pastel que conforma un disco histórico.


El tercer álbum de cualquier banda siempre suele ser el que demuestra si lo suyo son fuegos artificiales de una noche o algo realmente serio, más aún si tenemos en cuenta que sus dos primeras obras "Fight to survive"(1985) y "Pride"(1987). "Big Game" (1989) vino a demostrar que el tándem compositivo formado por Mike Tramp y Vitto Bratta (secundado por James Lomenzo y Greg D'Angelo) se encontraba en un gran momento de forma. La apertura del disco con "Goin' Home Tonight" no era a priori lo que cabía esperar de una banda de su talante hard rock/glam metal, la colorista melodía vocal de Tramp, vestida con un traje sónico que combina acústicas y eléctricas transmite por momentos influjos sureños. Son las acrobacias guitarrísticas de Bratta lo que nos mantiene dentro del contexto. Siguiendo con "Dirty Woman", la banda se encuadra con más claridad dentro de su identidad. Una buena dinámica plagada de subidas y bajadas de intensidad que explotan en un melódico estribillo. Los riffs de la guitarra de Bratta suenan especialmente afilados en esta canción. Un introducción de aire bluesero nos mete de lleno en "Little Fighter", un medio tiempo de hard rock melódico que combina potencia y elegancia a partes iguales. En un trabajo de este estilo no podía faltar una balada, "Broken Home" cumple la función a las mil maravillas, suponiendo un pequeño break electro acústico que aporta calidez. "Baby Be Mine" es otro corte marca de la casa que nos conduce a través de una sucesión de subidas y bajadas de intensidad que tienen su culminación en el potente estribillo. Sin mayores complicaciones llega "Living on the Edge", un vacilón corte de hard rock que entra dentro de las coordenadas de lo que se practicaba en aquella época en la escena. El comienzo bluesero de "Let's Get Crazy" cambia de registro tras pocos compases en un speedico y potente tema que evoca igualmente a bandas como Mr. Big o Extreme. Una de cal y otra de arena, tras la agitación del anterior corte, "Don't Say It's Over" nos ofrece otro punto de vista más personal que incluso por momentos se acerca a terrenos Aor. Contrastando con la anterior tenemos "If My Mind Is Evil", que ofrece una instrumentación más áspera pero sin renunciar a la melodía , que aquí aparece de manera más sobria y con pinceladas arabescas. También incluyeron una adaptación del clásico "Radar love" de Golden Earring del año 1973 aportándole su toque personal. "Cry For freedom" pone fin al disco con una elegante suite de más de seis minutos de duración, que nos lleva de lo más íntimo a pequeñas secciones con gruesos riffs de guitarra. Un cierre muy ambicioso. Otra muesca para el revolver de unos titanes de la escena.


Primer disco de los míticos daneses Pretty Maids publicado en 1984, precursores de lo que se llamó speed metal, en este trabajo facturaron diez potentes temas en los que hacían honor tanto a su título como a la portada. La introducción operística de «Fortuna imperatrix mundi» da paso al primer corte «Back to back» de guitarras potentes y un gran estribillo. «Red hot & heavy» con un riff demoledor es un medio tiempo pesado muy propicio para corear en directo, el inicio con los teclados de «Waitin for the time» aporta un toque más íntimo y que sirve de respiro con un cierto aire AOR y un estribillo muy de la época. «Cold killer» recupera potencia, los arreglos de teclas le dan un carácter envolvente al estribillo. «Battle of pride» es un balazo metalero adrenalítico a toda velocidad en donde atruenan las guitarras al igual que «Night danger» en donde se acercan al power metal tanto por los arreglos de guitarras como por el machacón doble bombo. «A place in the night» es un corte más comercial que la línea general del disco, de esos temas melódicos que se clavan en la primera escucha, por momentos recuerdan a Whitesnake. «Queen of dreams» tiene un inicio épico como de entrada a un castillo que nos lleva por un desarrollo potente con voces dobladas y un punto menor de rabia. El disco acaba con «Little darling» con unas guitarras muy a lo Judas Priest. Discazo de una banda muy a tener en cuenta.

Este fue el séptimo disco de los alemanes Rage. "The missing link" fue publicado en 1993, y aunque la banda ya contaba con una dilatada carrera a sus espaldas, este álbum puede considerarse como el comienzo de una época dorada para Peavy Wagner y los suyos (Manni Schmidt a la guitarra y Chris Efthimiadis a la batería en este disco). Su característico sonido heavy/speed/thrash rabioso llegó a otro nivel aquí, la apertura con "Firestorm" da buena cuenta de ello, sus demoledores riffs arrasan todo a su paso secundados por el incesante doble bombo que hace de este tema una abrasadora apertura. "Nevermore" es un medio tiempo con aroma al thrash metal más clásico, Rage no estaban para hacer prisioneros, y por si no había quedado claro la speedica "Refuge" nos disipa las dudas de un plumazo con una conjunción perfecta entre potencia y melodía. Aunque a nivel de estructuras y composición "The Pit and the Pendulum" es un corte netamente heavy, su sonido está más cerca del thrash metal que de grupos coetáneos más clásicos. "From the Underworld" vuelve a tomar la directa con un nuevo corte de power thrash rebosante de mala ostia. "Certain days" cuenta con un punto más oscuro y cavernoso que la línea general del disco, todo esto sin perder un ápice de potencia.

PAINKILLER de Judas Priest. Estamos ante el mejor disco de Heavy Metal de la historia?. eso es mucho decir y nunca nos pondremos de acuerdo, pero si no lo es, esta entre los tres primeros. Año 1990 con un Halford en plenas facultades, deciden hacer un albun mucho mas contundente que los anteriores, recordemos que por aquellos años bandas como Pantera, estaban abriendo el abanico del Metal con nuevos sonidos mas contundentes. Judas se marca un album donde no solo sobresale el primer tema (Painkiller) si no que todos y cada uno de llos son pura dinamita. Hell Patrol, All Guns Blazing, por poner un ejemplo son temas rapidos, afilados y con unos riffs matadores.
La produccion es magnifica, donde todos los instrumentos se escuchan perfectamente y con una voz de Halford que marca la diferencia.
Scott Travis (bateria) debuta en este disco y mucha parte de que este disco sea tan contundente la tiene el. Nunca Judas habian tenido un bateria tan talentoso y rapido.
En definitiva un disco que para mi sera irrepetible y que marco una nueva epoca en el Heavy Metal

Este The Number of the Beast es el tercer disco en la carrera de IRON MAIDEN y posiblemente uno de sus mejores o el mejor de sus discos
Publicado en 1982 y con la incognita de tener a un nuevo cantante en sus filas llamado Bruce Dickinson (os suena de algo este nombre).
Este disco contiene algunos de los clasicos mas importantes de esta banda como son Hallowed be thy Name o Run to the Hills (obra maestra).
La nueva voz de Bruce, dota al disco de mucha mas calidad y clase que su anterior cantante.
Como dato curioso decir que la portada del disco en un principio era para el sigle Purgatory, pero al verla, se dieron cuenta de que era una portada demasiado buena como para utilizarla para un single.
A partir de este disco, la leyenda de Bruce Dickinson y IRON MAIDEN no dejara de crecer y esperemos que siga asi para siempre.

El MASTER OF PUPPETS de METALLICA es considerado otro de los grandes discos dentro del METAL. Su influencia ha sido notable a lo largo de los años en muchisimas bandas. Fue lanzado en 1986 como su tercer album.
Empieza el Lp con un poderosisimo tema como es BATTERY, con una introduccion de guitarras acusticas que da paso a un caos total de puro Thrash Metal Old School donde dejan claro que este disco va a ser atronador.
La cancion Master Of Puppets tiene uno de los mejores riffs de guitarra de la historia y le siguen otros temas ya clasicos de la banda como Disposable Heroes,The Thing That Should Not Be», Welcome Home (Sanitarium) etc....
Un disco irrepetible, que saco lo mejor de esta banda y que por desgracia nunca volveran a ser capaces de repetir en la actualidad.
Fue el ultimo disco donde toco el defenestrado Cliff Burton, muerto en un accidente de trafico cuando estaban de gira presentando este disco por Europa

Este es el tercer disco de RUNNING WILD y es donde deciden cambiar de imagen y de estilo musical y aciertan completamente. Rolf Kasparek de introduce de lleno en el mundo de la historia y leyendas de piratas. Solo hace falta ver esa espectacular portada dibujada por Andreas Marschall para darse cuenta del cambio.
En cuanto a lo musical, pues lo que todos conocemos, aqui empezaron a crear escuela con sus tipicos riffs inconfundibles y que muchos han intentado copiar.
Este es el primero de otros grandes discos de RUNNING WILD pero para mi, su gran historia empieaza aqui, con este Under Jolly Roger y sus cañonazos a modo de introduccion.
A parte de la cancion que da titulo al albun tenemos otros grandes ¨cañonazos¨como Raise Your Fist y Raw Ride de lo mejorcito que ha escriro el señor Rolf Kasparek.
Lo dicho, si os quereis introducir en el sonido de los ¨piratas del Metal¨ este es vuestro disco


Primer disco en solitario del gran OZZY despues de su separacion de BLACK SABBATH y para mi, el mejor de su larga carrera. Nos encontramos ante un lp en que todas sus canciones son de un altisimo nivel y aun hoy en dia, la gran mayoria forman parte de su repertorio en las giras.
Abren el disco los temas I Don't Know y Crazy Train, dos temazos de pura rabia y energia donde su guitarrista, el señor Randy Rhoads, demuestra todo su potencial. Seguidamente tenemos a Goodbye to Romance otro megaclasico del señor OZZY que puede ser considerada una de las primeras baladas en las que va subiendo el tono hasta que estalla en un espectacular solo de guitarra.
No nos olvidemos tambien en este disco de otros dos clasicos como son Suicide Solution y Mr. Crowley, espectaculares,y tambien de la instrumental Dee donde el señor RR se la dedica a su madre.
En fin, un disco grandioso, donde se descubre a un Randy Rhoads, que pasaria a ser considerado como uno de los mejores guitarristas de la historia.

STRYPER edita en 1983 este To Hell with the Devil que es considerado como su mejor obra. Despues de su potente Soldiers Under Command editado el año anterior nos encontramos con un disco perfecto de Metal Cristiano.
Podemos encontrar desde temas cañeros como The way o Free hasta baladas que te haran ¨saltar las lagrimas¨ como la maravillosa Honestly.
La produccion es fantastica y el sonido es claro y potente.
No faltan los estribillos pegadizos y los coros marca de la casa para hacer un albun de autentico Hard Rock de altisimos quilates.
Como curiosidad, decir que ha este disco se le cambio su portada original (la de la foto) por otra que fuera menos ofensiva, eran otros tiempos...
Decir tambien que con este disco STRYPER consiguieron un premio Grammy y vendieron mas de dos millones de discos